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Después de la COVID-19: ¿Qué definirá la nueva normalidad? (II)

La pandemia COVID-19 ha puesto de relieve la vulnerabilidad financiera de algunos segmentos de la sociedad y está demostrando que la difícil situación económica de algunos sectores, como el turístico, la agricultura y los trabajadores ocasionales, en general, los pondrá en desventaja. En muchos países emergentes, grandes segmentos de poblaciones no tienen acceso a atención médica, lo que les impide hacerse la correspondiente prueba diagnóstica y poder hacer frente al virus en las mejores condiciones.

Para ayudar a las personas a navegar en la crisis actual, muchas organizaciones y empresas han intensificado sus roles y responsabilidades sociales. Los proveedores de Internet e inalámbricos brindan acceso gratuito a WiFi para ayudar a las personas que trabajan desde casa. Las organizaciones y empresas están donando material de protección personal para apoyar a los trabajadores de atención médica de primera línea.

Estas iniciativas están ayudando a las empresas y organizaciones a aumentar su reputación y su coeficiente de confianza. Es probable que esta tendencia allane el camino para una mayor cooperación entre empresas y gobiernos, creando más alianzas público-privadas en la nueva normalidad, en la que se busque el impacto social, además del económico.

Generación postpandemia

Para la generación que viene detrás de la Generación Z ó postmilénica (1997 – 2012), la "nueva normalidad" postpandémica será simplemente su "normal", y el impacto de este cambio generacional en la economía global será profundo. Para 2030, habrá 2.700 millones de personas de 19 años o menos.

Estas personas, que ingresarán en el mundo laboral y acelerarán el consumo, tendrán poca o ninguna experiencia del mundo antes de COVID-19. En comparación con sus predecesores, esta generación probablemente tendrá un nuevo conjunto de supuestos y expectativas en torno a la sociedad, la tecnología y la ética, y el papel de las empresas privadas en el suministro de bienes públicos y del sector público en cuanto a diseñador de unos trazos en los que prime un interés colectivo ecológico y sostenible.

Aquellas organizaciones y empresas que sean las más rápidas en prever los gustos y atributos de esta generación postpandémica podrán disfrutar de una ventaja competitiva en áreas clave como el reclutamiento, la productividad y la innovación durante décadas.

Las crisis profundas pueden dejar impactos psicológicos duraderos en las personas y esto nos trae a la mente muchas preguntas fundamentales, ya que la crisis actual todavía está evolucionando. ¿El aislamiento creado por el distanciamiento social influirá en los consumidores y usuarios para priorizar las conexiones en persona sobre las redes sociales? ¿El gran número de víctimas y una mayor conciencia de la mortalidad incitarán a los consumidores a buscar experiencias más enriquecedoras en lugar de posesiones materiales? ¿La sensación generalizada de riesgo e incertidumbre aumentará la demanda de productos y experiencias que brinden mas comodidad pero también seguridad? Los líderes empresariales y de las organizaciones tanto públicas como privadas deben buscar respuestas a estas preguntas y prever las necesidades del nuevo consumidor y usuario en la nueva normalidad.

La economía del comportamiento (Richard Thaler) puede ser invaluable en este escenario. Las empresas, en muchos sectores, ya han incluido la experiencia en comportamiento en sus prioridades de la sala de juntas; en la normalidad posterior a COVID-19, un enfoque más profundo en el comportamiento del consumidor o usuario será aún más valioso. La pandemia COVID-19 es una crisis diferente a cualquier otra que hayamos visto en nuestras vidas o nos hayan contado. Entidades de todo el mundo están cooperando con una apertura sin precedentes en la búsqueda de una vacuna o cura. En un momento en que se pide a las empresas que asuman un papel social más amplio, los líderes empresariales y organizacionales deben desbloquear completamente sus capacidades para enfrentar los desafíos que se avecinan.

Al mismo tiempo, deberían estar atentos a los cambios en curso en el ámbito tecnológico, las normas sociales y el comportamiento del consumidor y usuario, que en conjunto darán forma a la nueva normalidad después de esta crisis.

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