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El valor del dato en Salud reside en su calidad, no en la cantidad

Cortesía de Pixabay
Statistics chart on laptop display and trader analyzing the data

En este momento adquiere una importancia vital el concepto acuñado ya hace más de cincuenta años «basura entra, basura sale» (Garbage In, Garbage OutGIGO). En computación está relacionado con la cantidad de datos sin calidad que manejamos y que, ahora, se han convertido en una amenaza real debido a que los ordenadores y las nuevas tecnologías pueden producir volúmenes de información de magnitudes desconocidas, pero no por ello, ser una información fiable y limpia. Por eso ahora, más que nunca, hemos de insistir en ello.

En una Economía de Datos como la que vivimos el Sector de la Salud es, precisamente, uno de los principales proveedores de información en grandes volúmenes y con unas características específicas. Esto lo hace especialmente atractivo incluso para agentes no tradicionales del Sector y, al mismo tiempo, lo convierte en un sector muy vulnerable en cuanto a la privacidad y la seguridad, además de muy necesitado de una urgente validación de la calidad de sus datos. Esto, que es importante para cualquier actividad, es especialmente sensible en el sector de la Salud.

Las empresas de las Ciencias de la Vida (Life Sciences) están trabajando en la investigación, desarrollo y producción de bienes y servicios para el sector como nunca lo habían hecho. Su principal valor se encuentra en los datos procedentes de sus productos y, también, de los entornos sanitarios a los que proveen de soluciones ya sean individuales, colectivas o poblacionales. No podemos olvidar los dos parámetros en los que nos movemos actualmente: la globalización y la digitalización, que ofrecen grandes retos y oportunidades y donde la calidad y la cantidad de datos cuenta.

La Inteligencia Artificial (IA) ya se está aplicando con éxito en el sector de la Salud y, en concreto, en la asistencia sanitaria. En los sistemas sanitarios como el nuestro ayuda al médico en la toma de decisiones diagnósticas, de tratamiento y de seguimiento. Lo mismo sucede en la investigación, ensayos clínicos o telemedicina. Si es necesario que el dato haya sido contrastado y sea de calidad en cualquier actividad, en el caso de la atención sanitaria es imperativo. De ella dependen las personas y su calidad de vida y de ahí lo vital de contar con datos de calidad.

La importancia de la calidad del dato no concierne, obviamente, solo a la IA, sino que interesa a otras tendencias y tecnologías como la mHealth, el Internet de las Cosas Médicas (Internet of Medical Things- IoMT), la computación en la nube (cloud computing) y la robótica; la realidad virtual y la realidad aumentada, además, se verán aceleradas gracias al desarrollo del 5G. En este escenario, la calificación de ‘vital’ adquiere la máxima expresión.

Es urgente trabajar en este sentido y lo primero es asumir que los datos que tenemos deben ser escrutados, clasificados y debe extraerse su valor para, después y no antes, ser incorporados a nuestros sistemas para asegurar que el resultado que obtengamos de ellos dependerá del algoritmo o de la formulación de una pregunta, pero no de la calidad de los datos que, en este punto, ya ha sido establecida. La tecnología para conseguirlo existe y está a disposición de las empresas, existen múltiples soluciones en el mercado.

Madurez digital

Como sociedad y como profesionales sanitarios adolecemos de la madurez digital necesaria para afrontar eficazmente desafíos como los citados. Necesitamos contar con una visión integral e integrada de cada ciudadano (salud/bienestar) y de cada paciente (salud/enfermedad) y, para ello, hemos de contar con buenos sistemas de información clínica y dispositivos médicos fiables conectados en red y en comunicación sincrónica, como parte de un ecosistema que va más allá de las especialidades y los servicios tradicionales; en definitiva, los datos deben ser de calidad y accesibles a quien competa en tiempo real.

Volviendo al principio, ya ha quedado claro que no se trata de digitalizar ‘basura’, pues entonces tendríamos basura digitalizada, sino de aprovechar la confluencia de diferentes tecnologías y su elevado potencial para alcanzar la verdadera transformación digital del ecosistema salud, haciendo posible soluciones que trasladen la atención sanitaria a las personas en cualquier momento, y desde y hasta cualquier lugar.

Estamos hablando de redes tecnológicas móviles y de alta disponibilidad a las que sumaremos el elevado volumen de datos transmitidos, —de ahí la necesidad de que sean de calidad—, y latencia baja, haciendo realidad su uso en tiempo real, gracias al 5G, en el entorno sanitario.

Nuestra principal preocupación como sanitarios es disponer de información de calidad del estado del paciente para evitar trabajar con información sesgada, incompleta o subjetiva, algo que tendría consecuencias imprevisibles. Aquí es donde el círculo virtuoso de las redes 5G, en conjunción con los dispositivos médicos conectados (IoMT’s), la nube y la inteligencia artificial hará que los tratamientos puedan ser mucho más eficaces y personalizados (Medicina 5P) para cada uno de los pacientes, basándose en los datos médicos individualizados y con la ayuda de los datos médicos agregados y anonimizados.

Como digo a menudo, las nuevas tecnologías no son la respuesta a los retos que enfrentan los sistemas sanitarios modernos, sino el instrumento que contribuirá a la necesaria transformación digital del ecosistema Salud, basada en datos de calidad.

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