En 1993, uno de los holdings de intercambio más importantes del mundo, CBOE, introdujo el índice de volatilidad, VIX, que se ha convertido, en la actualidad, en una medición clave de la volatilidad del mercado a corto plazo. Recientemente registró su máxima subida en un día mientras los mercados hacían frente a grandes pérdidas y altísimos volúmenes de operaciones.
Además de los problemas que estos eventos causan a los agentes, inversores y a los que se atreven a comprobar el saldo de su 401 (K), las empresas de servicios financieros que utilizan plataformas comerciales tienen problemas que no les dejan pegar ojo: ¿cómo pueden estar seguras de que sus sistemas pueden soportar los picos de volúmenes que acompañan a estos periodos de volatilidad?
Sus plataformas comerciales deben poder procesar todas las operaciones, es decir, gestionar miles de millones de transacciones al día a la vez que ejecutan miles de consultas analíticas por segundo procedentes de cientos de aplicaciones. Deben ser masivamente escalables y fiables para hacer frente a niveles inesperados de volúmenes de transacciones.
Cuando la volatilidad del mercado y los volúmenes de transacciones aumentan inesperadamente (como está sucediendo en la actualidad), las cargas de trabajo de las consultas y las transacciones podrían superar el margen previsto en el sistema. Las consecuencias que se derivan de esto, incluidas transacciones abandonadas, retrasos o fallos en el sistema, pueden ser catastróficas y ocasionar tanto pérdidas financieras como graves daños a la reputación de la empresa.
La tecnología de InterSystems hace que funcionen las plataformas comerciales de algunos de los bancos de inversiones más importantes del mundo, y les ha permitido resistir todas las grandes correcciones del mercado, incluida la crisis financiera de 2008, el Flash Crash del 2010, la devaluación de la divisa China en 2015 y el tsunami de febrero sin un solo incidente.
Lo que hace que una plataforma comercial sea estable y fiable durante estos periodos de gran volatilidad es una plataforma de datos subyacente que pueda continuar procesando transacciones y análisis de manera simultánea, incluso cuando las cargas de trabajo alcanzan niveles inesperados. Y precisamente esto es uno de los sellos de identidad de InterSystems IRIS Data Platform.